jueves, 27 de octubre de 2011

Pilonius en myspace - por Domador de Leopardos - parte 2


Lo prometido es deuda, aquí va la segunda parte.
Voy antes a reconocer un asunto: el domingo el día del patrimonio me ganó. Y no por flojera, me ganaron los trenes por carisma. Es que me acordé de Peñarol, del barrio, y de que abrían los talleres, y que iba a estar sonando el silbato a cada rato, y el tren antiguo yendo y viniendo, y que en la casa del antiguo jefazo iban a estar seguramente unas señoras cantando "Siga el baile" con guitarra y bombo legüero, y que bajo el alero de la iglesia un grupo de percusión ensayaba una pieza contemporánea, y que todo iba a ser un viaje en el tiempo, con los trabajadores de AFE domingueando, olor a tortas fritas, con pintadas fanáticas hasta el enternecimiento de Peñarol el otro, el del fútbol, y así fue, todo como en ese recuerdo, que no había vivido aún, confirmando la teoría del Pasajero del Olvido: hay imaginaciones que vienen de otros tiempos, y recuerdos esperando a ser descubiertos, en estaciones olvidadas, como ansiosos cuchilleros sin oficio sin víctimas que apuñalar.

A lo nuestro. Concluiré mi tediosa columna acerca de Pilonius en myspace con una breve reseña acerca de esta canción: PARLAMI
Canción compuesta originalemente para un curioso cortometraje español, retrato de un hombre que supo hablar con las estatuas. Cantada en italiano fanaticoso, concebida como una carta desesperada de un amante ignorado, desquiciado, posiblemente al borde del suicidio, Parlami ("Háblame") es una de las favoritas del laboratorio gitano de la banda, frecuentemente intervenida, mutilada, re-inventada, revertida, descomprimida, encapsulada. Gran candidata, en alguna de sus versiones resultantes del laboratorio, para integrar el próximo disco (Pasajero del Olvido).
Una anécdota acerca de esta versión (la cual está incluída en el disco Siberia): escuchándola, cierto día, comentó Morón que era muy raro lo que le estaba pasando, que no recordaba haber grabado esos trombones.
La anécdota sigue, pero es más divertido si ud mismo, querido lector, escucha y sugiere el desenlace.
Yo por acá me despido a latigazo limpio.

Suyo,

Domador.

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