En cualquier caso el crítico musical, o el crítico en general, el de todas las artes, es un personaje que se añora. Si hay que elegir hablamos del crítico de intregridad intachable, de principios rebuscados y odiosos, de gustos caprichosos, de estrellitas valorativas impertinentes. Ese tipo lleno de enemigos y divertido con el que se puede entablar una relación a lo largo de la crítica. Mientras lee, el lector no puede creer lo que va sucediendo y, perplejo o enojadísimo pero siempre interesado, va recorriendo las palabras de la columna en continuo estupor, aunque sea impulsado por la curiosidad de ver como concluye tal disparate. Pero, ¡atentos! Lo más curioso es que cuando uno termina de leer la crítica, por más que el desacuerdo sea absoluto, uno escuchó algo con él, vislumbró algo, se acercó a algo.
Es cierto que parece más ético que ahora en el boletín de cinemateca las películas vengan sin valoración de estrellita, pero ¡qué aburrido! Y lo que no puedo negar, y seguro que le pasa a mucha gente, ¿verdad que estamos perdidos sin esas estrellitas? Antes uno conocía a la perfección el gusto del hombre de las estrellitas, lo que hacía que uno supiera con casi certeza lo que iba a ver. ¿o no?
Bueno, en todo caso, y sin extendernos más. Aquí van las críticas que incumben a Pilonius Orquesta redactadas por valientes críticos que no le temen a lo extraño y, en otros casos, queridos amigos que aceptaron el encargo (porque a falta de críticas bueno es encargarlas).
Sin más,
saluda atentamente
La Gente del Blog.
Histórica crítica de abril del 2009. Revista Rolling Stone
Una honrosa crítica de Gengiskunk Musicfinder, cazador de sonidos italiano de refinado gusto. Recomendamos, de paso su selección.
[rock gitano] Pilonius Orquesta: Siberia Libre (free download)
Pilonius Orquesta è un gruppo uruguaiano rock-gitano con sonorità che prendono ispirazione dalla poesia, formato da Rodrigo Spagnuolo (chitarra e voce), Nico Varela (basso), Martin Moron (trombone), Nicholas Parrillo (batteria).
Fin da subito si ha l’impressione di trovarsi davanti ad una vera opera d’arte, costruita con cura, tassello dopo tassello. Poesia circense che prende forma e si manifesta con il video di “Rusos” in uno stile onirico Felliniano.
Il magazine RollingStones di loro ha scritto: “Così strani come un paesaggio innevato di Montevideo”.
Fin da subito si ha l’impressione di trovarsi davanti ad una vera opera d’arte, costruita con cura, tassello dopo tassello. Poesia circense che prende forma e si manifesta con il video di “Rusos” in uno stile onirico Felliniano.
Il magazine RollingStones di loro ha scritto: “Così strani come un paesaggio innevato di Montevideo”.
"De inmediato se tiene la impresión que se enfrentan a una verdadera obra de arte, cuidadosamente construida, pieza tras pieza. La poesía del circo que toma forma y se manifiesta en el video de "Rusos" en un sueño de Felliniano."
Princesita samurai - por Mario M.

Track 1: Princesita de Oro.
Primera monstruosidad: arranca el tema con reef de guitarra que me hace recordar una cosa curiosa: ¡los Doors no paraban de robar de los ritmos latinos! Y Mark Ribot, el guitarrista de Tom Waits, continúa un camino que habían iniciado los cuatro de Los Ángeles, esa visión extraña (no por desconocimiento, sino más bien por deliberado distanciamiento estilo brechtiano) de lo latino. La guitarra dibuja un fraseo como de son cubano, pero inquietantemente atresillado y rasposo. Cuando entra el cantante surge la segunda monstruosidad, como si Sandro de América fuera un adicto a la absenta y un severo consumidor de Lou Reed y los poetas malditos. De ahí en más empieza el desfile de imágenes, y el escucha se agarra fuerte de la mano de la valerosa princesita que lo lleva corriendo por un descampado de posguerra antigua, con el corazón sangrante en busca de una venganza samurai. Hay una interesante hermandad tanto en los acordes que arman los dos o tres trombones armonizados, como en las armonizaciones vocales. Todos se mantienen cerca, nadie se despega demasiado, van arropados por el bajo y la guitarra hasta el final, nada de alejar las voces, son pocos y se dan aliento, sus armaduras resuenan al unísono, liberando armónicos mientras los caballos galopan haciéndose guiñadas entre sí; generan una masa que, como un torrente de vino espeso, va conquistando cada segundo de la canción.
Pasados 2 minutos y pocos segundos, el track concluye, no hay nada más, estaba todo dicho. Contundentemente. Una humorística paila mete un repiqueteo final, sola, con la canción acabada, como pidiendo más. Nadie le da bola.
Bueno, amigos, espero que sirva de algo, y sobre todo que les guste y la encuentren entretenida. Me deben una.
Saludos,
Mario M.